El Corredor Biológico Mundial persigue la preservación de la biodiversidad del planeta

El Corredor Biológico Mundial (CBM) —una iniciativa nacida de cuatro asociaciones altruistas sin ánimo de lucro (Un bosque para el Planeta Tierra, Reserva de Bisontes de San Cebrián, Fundación Internacional del Orangután y Proyecto Gran Simio)— sigue extendiéndose a nivel mundial con el objetivo de conservar la biodiversidad de nuestro planeta y con el fin de crear un corredor natural para los ecosistemas.

Las adhesiones a este megaproyecto medioambiental las pueden declarar, mediante firma de compromiso, todos aquellos organismos que se comprometan a la conservación de sus espacios naturales. También supone un compromiso de ampliación de los espacios naturales para conectarlos con los corredores naturales, en donde la vida salvaje, tanto de seres vivos como de la flora, pueda interactuar, sin que existan barreras humanas que lo impidan. Este corredor, que también es marino, tiene la importancia de un compromiso público. No es sólo un símbolo, sino que cuando se firma la entrada de determinada zona o de un ayuntamiento, estos se responsabilizan de cumplir los objetivos marcados por el CBM.

Para incentivar esta iniciativa, la Fundación Life Terra, que colabora estrechamente con este gran proyecto, ofrece a todos los municipios que entren a formar parte del mismo, una entrega de bienvenida con la plantación de mil árboles, para involucrar a la ciudadanía en la conservación de la biodiversidad de nuestro planeta.

También se ha unido a este proyecto AMUPARNA (Asociación de Municipios con Territorio en Parques Nacionales), lo que tiene un gran valor, ya que en las zonas adyacentes o cercanas a los Parques Nacionales debe existir un corredor biológico donde pueda fluir la masa biológica silvestre que enriquezca los suelos y ayude a que no exista un muro que impida el trasiego de las especies en su hábitat natural.

De igual forma, todos los integrantes a nivel mundial que se están uniendo al CBM se comprometen con el respeto a las comunidades indígenas o pueblos originarios que estén dentro de las zonas protegidas para que no sean expulsados de sus tierras. Al contrario, la implicación al CBM supone ayudar y prestar toda su ayuda a las comunidades indígenas. En este sentido el Kilómetro cero de la deforestación declarado por CBM se encuentra en el territorio de los Peligás, pueblo originario de Formosa al norte de Argentina y junto al chaco o selva amazónica. También se han declarado kilómetros cero de los gorilas y de los chimpancés, en diferentes lugares de la República Democrática del Congo, donde numerosos ciudadanos se han unido para proteger zonas adyacentes a los Parques Nacionales o la firma realizada con más treinta y nueve aldeas en Mali, donde sus Jefes de Pueblo se han comprometidos en la defensa de su selva, formando un Parque Nacional Nativo. El Parque Nacional de la Isla de Pascua, también se ha unido al CBM cuyos responsables del mismo proceden de los pueblos originarios.

Es de resaltar, la gran labor de coordinación del presidente del CBM, Jorge Extramiana, su sacrificio y entrega desinteresada a la hora de contactar con municipios, políticos, ambientalistas y colegios de toda España, dando charlas y sacando horas de su tiempo libre, ya que ningún componente de la Junta Directiva del CBM tiene un sueldo.

Por todo lo expuesto, animamos a que otros municipios se unan al CBM: una cadena verde de respeto a la vida, al compromiso en salvaguardar la biodiversidad, que redundará en la salud de nuestro planeta y de toda la humanidad.