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¡Zas! Madrid | April 16, 2024

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'Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670', en el museo Thyssen-Bornemisza - ¡Zas! Madrid

‘Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670’, en el museo Thyssen-Bornemisza
Misael García Lanzas

«Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670» se podrá visitar hasta el 24 de mayo, en el museo Thyssen Bornemisza de Madrid

«Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, 1590-1670» reúne una selección de retratos del Siglo de Oro holandés, con Rembrandt como eje central. Casi un centenar de pinturas y grabados que incluye algunos de los mejores ejemplos, tanto de Rembrandt —39 en total— como de otros artistas de la época

La exposición recorre la práctica del retrato en la época de Rembrandt y en la zona de los Países Bajos. La muestra nos permite observar la mayor o menor importancia que se concedía a la maestría técnica frente a la profundidad de la mirada o al ensalzamiento de los personajes representados ante la fidelidad a lo real.

A tal respecto, se indica en una nota en la última sala, que Rembrandt, en su vuelta al género durante el último período de su vida, no varió en absoluto su estilo desenvuelto y luminoso frente a la corriente imperante del preciosismo y el gusto por el detalle. Podemos contemplar, asimismo, algunos cuadros contemporáneos que captan nuestra mirada con la misma intensidad que los del pintor de Leiden por su armoniosidad y pureza, como el gran retrato que nos recibe en la segunda sala, el Margaretha Vos (c.1622), de Cornelis Van der Voort, las dos preciosas pinturas Retrato de un niño de gris (1634) y Retrato de una pareja de ancianos (1635), de Jacob Backer o Retrato de un hombre y Retrato de una mujer (1635), de Nicolaes Eliasz Pickenoy.

También forman parte de la colección dos escenas cotidianas que contrastan con la mayor severidad de las obras que las rodean, la extraña y abigarrada Adriana van Heusden y su hija en el mercado de pescado de Ámsterdam (c. 1662-1663) y la inquietante El cirujano Jacob Fransz y su familia (1669), de Egbert van Heemskerck; esta última muestra una sangría practicada a domicilio a la que asisten todos los habitantes de la casa mientras se ocupan de sus tareas con aparente indiferencia. Ambas obras, además, escapan de la composición sencilla y estática del retrato unipersonal para dar importancia al grupo y al movimiento con una visión más panorámica, característica tan presente en la pintura anterior de los Países Bajos, con mayor relación con la forma medieval, con los Brueghel y el Bosco como grandes actores.

Comparten sala, por señalar otros violentos contrastes, el rococó Niño jugando al golf en la playa, de Bartholomeus van der Helst (1658-1659) con la intimidad de Tito van Rijn, hijo del artista, leyendo (c.1660-1665), o los maravillosos Retrato de un caballero -posiblemente Herman Auxbrebis- (c.1654-1655) y Retrato de una dama -posiblemente Maria van Sinnick- (c. 1654-1655), ejemplos definitivos de la independencia artística de Rembrandt, quien representa miradas tristes o cansadas, interrogantes o introvertidas, en todo caso más vivas que las alegres escenas familiares de Albertine Agnes, princesa de Orange-Nassau y sus tres hijos (1668), de Abraham van den Tempel y Retrato de una pareja con seis hijos, posiblemente la familia de Servaes Auxbrebis (1678), de Jürgen Ovens.

En la última, reducida y oscura sala, destaca dramáticamente La lección de anatomía del doctor Jan Deijman (1656), en donde podemos apreciar la maestría de dibujo en los grabados de Rembrandt, entre los cuales tienen lugar los autorretratos —el que representa al artista junto a Saskia y el Autorretrato dibujando frente a una ventana llaman poderosamente la atención—, junto a los pequeños retratos de diversos personajes.

En resumen, la exposición busca ejemplificar los «caminos divergentes» (aludo aquí al título de una de las salas) de la práctica del género del retrato en los Países Bajos, destacándose de manera natural la genialidad de Rembrandt, pero abriendo puertas al conocimiento de otras direcciones hacia las cuales tendía la pintura de la época, así como destacando la ruptura o la evolución de la tradición flamenca y medieval.

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