El control del aforo será a través de un sistema de drones

El Rastro reabre con un aforo permitido de 2.702 personas y 500 puestos

Después de una dura batalla entre el Ayuntamiento de Madrid y las asociaciones de comerciantes del Rastro; el domingo, 22 de noviembre el Rastro funciona de nuevo. El mercadillo llevaba ocho meses cerrado, y su lucha ha sido constante: veintiocho manifestaciones y concentraciones, dos asambleas informativas en la vía pública, intensa presencia en redes y medios, y consultas a especialistas del área sanitaria, jurídica y de seguridad vial.

Los puestos han sido señalizados en la calzada y dispone de un sistema de geolocalización para identificarlos en el plano con su número Covid. Del control del aforo se responsabiliza la Policía Municipal, auxiliados por voluntarios de Protección Civil.

En total, el Rastro estará formado por ochenta y un puestos en la Plaza de Cascorro, ciento noventa en Ribera de Curtidores, ochenta y dos en Vara del Rey, ciento veinte en Campillo del Nuevo Mundo, dieciséis en Carlos Arniches y once en Mira el Río Baja.

Los vendedores del Rastro defienden que, al estar sus puestos al aire libre, son menos peligrosos para la transmisión del COVID-19 que las tiendas y centros comerciales. «Las posibilidades de contagio son veinte veces inferiores que en cualquier lugar cerrado. No tiene sentido que los mercadillos hayan sufrido esta discriminación tan brutal», defiende la portavoz de los comerciantes del Rastro Mayka Torralbo. Por ello, reivindica poder trabajar al 100% de su capacidad. Maika Torralbo ha celebrado el acuerdo, que según ha dicho va acompañado del compromiso del Ayuntamiento de que «esta situación será temporal».