El encaje roto, de Contraseña Editorial, reúne treinta y cinco relatos breves con el nexo común de la violencia de género

Editada y prologada por Cristina Patiño Eirín, profesora de la Universidad de Santiago de Compostela, esta antología asombra por la la vigencia de lo narrado, en unos cuentos escritos entre 1883 y 1920

No hay nada de forzado en esta nueva edición de los cuentos de Emilia Pardo Bazán. La escritora no sólo trató el tema de la violencia machista en la ficción, sino que fue una firme defensora de la igualdad de derechos. En su ensayo La mujer española y otros escritos Pardo Bazán muestra las abismales diferencias existentes entre hombres y mujeres a finales del siglo XIX, haciendo especial referencia a la discriminación que sufría la mujer en el Derecho Penal. En aquel contexto social, la escritora realizó un enorme esfuerzo en favor de una modificación de los roles tradicionales.

En los últimos lustros, el mensaje feminista de la escritora ha sido objeto de numerosas investigaciones, como son los ejemplos de El feminismo en la novela de Pardo Bazán, de T. Cook o El discurso feminista de Pardo Bazán, de Guadalupe Gómez-Ferrer. Ya en 1915, se definió como «radical feminista», en la férrea defensa de que la mujer tiene un destino propio. Y en 1890, en una carta dirigida a Gabriela Cunninghame Graham, Pardo Bazán escribe: «Armémonos de paciencia y energía para apresurar el fin de nuestra esclavitud: seamos fuertes contra la fuerza brutal, contra la ciega rutina, contra la injusticia doméstica, contra el ofensivo galanteo y contra la insípida burla».

Todo este pensamiento queda perfectamente plasmado en los relatos de El encaje roto, textos que aúnan una enorme variedad en cuanto al punto de vista, al tono, a la ambientación y a la clase social de sus personajes, así como al tipo de violencia. Igualmente, esta diversidad es extensible a los numerosos recursos estilísticos de las narraciones. Desde el relato enmarcado, al uso magistral de las elipsis, de los desenlaces sorpresivos o abiertos, del anticlímax… Destacan también sus descripciones meticulosas, así como el tratamiento del espacio temporal e histórico, y los diálogos, algunos con palabras, usos y giros populares y también con expresiones gallegas. Como indica Cristina Patiño Eirín en el prólogo: «El punto de vista, variable como los encuadres, acrecienta las posibilidades de refracción del relato, verdadera caja de resonancia en la que se hacen eco los discursos directos que el diálogo brinda, sutilmente dispuestos, es privilegiado el oído de Emilia Pardo Bazán al transcribirlos, tan verdaderos suenan aún hoy».

Pero aunque las historias posean una esencia trágica, y la disimilitud entre lo masculino y lo femenino tengan una diferencia conflictiva, no hay en El encaje roto un sentido victimista, ni dogmatismo alguno. Con un cierto tono irónico, a veces humorístico, otras satírico, Emilia Pardo Bazán nos cuenta, fundamentalmente, historias. Tal y como escribe Baquero Goyanes, en El cuento español en el siglo XIX: «Si tuviésemos que citar un autor en que dicha palabra (Cuento) alcanzara, por decirlo así, su consagración oficial, diríamos sin vacilación el nombre de Emilia Pardo Bazán, la más fecunda creadora de cuentos de nuestra literatura. La variedad temática y el alto valor literario de esas narraciones deciden la aceptación de un término contra el que tantos perjuicios existían».