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«Yoro », novela de Marina Perezagua, convierte la tragedia en una suerte de salvación - ¡Zas! Madrid

«Yoro », novela de Marina Perezagua, convierte la tragedia en una suerte de salvación
Pedro M. Domene
  • On 7 octubre, 2015
  • http://acabodeleerymegusta.blogspot.com/

Yoro (Libros del Lince) de Marina Perezagua llegará a librerías a partir del 19 de octubre, una gran apuesta narrativa con la que su editor, Enrique Murillo, cierra la programación de este año.

La joven escritora Marina Perezagua, sevillana de nacimiento y neoyorquina de adopción.

Yoro (2015), es la historia de una mujer que busca a una niña, y  la primera novela de esta autora de culto.
Resumir Yoro es una tarea imposible, según puede leerse en la contraportada:
Yoro es el testimonio inaudito de una mujer que no está dispuesta a
aceptar el destino trágico que le ha sido impuesto.  Una novela que convierte la tragedia en una suerte de salvación. La historia de una mujer que lucha contra el mundo, y el relato de cómo consiguió, y a qué precio, su victoria final.
H, la narradora y protagonista, confiesa en la primera página del libro que ha cometido un crimen. Y en tono desafiante pide al lector que se atreva a leer su historia. Hasta la última de sus páginas, en todo el libro se mantiene esa tensión especial, ese mismo sentido de lo trágico, esa sensación de que en este caso tanto la narradora como los potenciales lectores se lo juegan todo a vida o muerte.
Este no es, sin lugar a dudas, un libro decorativo o que debamos dejar en las mesas de novedades.
Marina Perezagua nació en Sevilla y suele preferir no dar muchos detalles de su vida. Lleva un montón de años viviendo en Nueva York y antes lo había hecho en Lyon. Un día, el editor, le aconsejó que se mantuviera a distancia del llamado “mundo literario” español, que estaba mejor así, bien lejos.
Suele ganarse la vida dando clases.
Utiliza su perfil de Facebook para decir lo que piensa, y cuando alguien le comenta que cuenta demasiadas cosas de sí misma, ella replica, con un malévolo sentido del humor,  que eso no es “ni el diez por ciento” de lo que ella es.
Sí le gusta contar que practica la apnea y que recientemente se dedica a la natación de fondo. A petición de Manu Llorente, ella misma narró su experiencia del pasado verano, cuando cruzó a nado el estrecho de Gibraltar en un tiempo notabilísimo (3 horas y cincuenta minutos):
Hasta ahora había publicado, Criaturas abisales (2011) y Leche (2013), dos colecciones de cuentos, ambos en Los libros del Lince.



 

 

 

Yoro, portada

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Comments

  1. Subscribo las opiniones de Rafael Robles y de paso apvreocho este espacio para proponer algo que debiera de ser imprescindible analizar en la asignatura de Educacif3n para la Ciudadaneda. Se trata de un artedculo de nuestra Constitucif3n o sea qeu tampoco se le podreda tildar de cuestif3n de adoctrinamiento sino de cuestif3n de analizar lo que nuestra Constitucif3n establece .Se trata del artedculo 57.1 que establece la preferencia del varf3n sobre la mujer. Es conocido el care1cter de poder constituyente y simbf3lico de cualquier Constitucif3n.Aqued la preferencia no solo establece la masculinidad como gene9rico o prototipo del ser humano ideal sino que instituye un criterio para tomar decisiones. Debido a ello, se generan situaciones de discriminacif3n negativa efectiva para las mujeres. En este caso, se impide el acceso al trono de la primoge9nita y de su hermana, la segunda en orden de nacimiento, para discriminar positivamente al varf3n, el hermano pequef1o. Acerca del cambio de ese artedculo no se generf3 ningfan debate a nivel de Estado aunque sed alguna de esas promesas electorales irrelevantes que proponedan cambios en la Constitucif3n que nunca llegaron a materializarse. Nos interesa sef1alar, sin embargo, que en el habla informal popular se rumoreaba que la primoge9nita teneda cierto retraso mental y que por eso se evitaba cambiar el artedculo. Obviamente, la afirmacif3n en este caso no se sostiene en nada razonable pues, por un lado, existe una tradicif3n de monarcas poco inteligentes que prueba que no se necesita una inteligencia especial para un cargo meramente simbf3lico como la soberaneda y, por otro, la siguiente en orden de nacimiento es otra mujer, quien popularmente ofrece la impresif3n de persona normalmente inteligente. Por otra parte, el argumento podreda leerse como un ejemplo del viejo recurso fe1cil a la incapacidad intelectual de las mujeres.A lo anterior se podreda objetar que cuando se trata de la nobleza o de valores simbf3licos, de tipo jere1rquico, el sexo importa poco pues no estamos en el nivel de los dominados, tambie9n se podeda alegar que el hecho no es significativo pues en el lo que se supone es un “actual momento histf3rico de emancipadas”, la realeza ya no discrimina en funcif3n del sexo y el artedculo es un mero vestigio del pasado sin mayor transcendencia. La respuesta, aparte de lo expuesto antes, podredamos encontrarla en Louise Weiss quien, rememorando sus viejos combates por el voto para las mujeres francesas, describe una situacif3n desequilibrada, entre “sus convicciones y la formidable pusilanimidad del ejecutivo al que exigedan las reformas” . El artedculo que otorga la preferencia al varf3n se inscribe en un dispositivo, perteneciente a una probleme1tica tradicif3n europea de la que hablaremos en su momento, que lleva el nombre “ley se1lica” pero que no aparece como tal ley sino de modo muy tardedo y que este1 relacionada con propuestas androce9ntricas de filf3sofos contractualistas. El modo de conjurar la Inquietud hacia el poder de las mujeres se resuelve, en este caso, legislando constitucionalmente la Preferencia lo cual no solo reproduce una tradicif3n de Monarqueda masculina sino que, dado el poder simbf3lico de esta institucif3n, establece un modelo de referencia general para las mujeres espaf1olas como colectivo, modelo informal que establece que, trate1ndose de representaciones simbf3licas, se elija preferentemente al varf3n sobre la mujer.Sin embargo, la Inquietud no puede ser conjurada o ignorada bajo formas nuevas de control. Es nuestra responsabilidad democre1tica, individual y colectiva, nombrar esta preferencia insidiosa por los hombres y su contrapartida en la ocultacif3n bajo la sombra de las mujeres para, de este modo, atenuarla o impedirla.

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